Una mañana de primavera, Bachue acompañada de un niño de tres años aparecieron de entre las
aguas del lago Iguaque. Bachue crió al niño hasta la madurez, momento en el que se casaron. Con
cada embarazo, la prolífica Bachue dio a luz a cinco o seis hijos y pobló todo el reino muisca. Con su
consorte, Bachue instruyó a los muiscas en los preceptos morales de la sociedad. Finalmente,
después de muchos años, la pareja regresó a Iguaque, donde se transformó en serpiente y
desapareció en las profundidades del lago.
Chía
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Chía te da la bienvenida!
Chía, la deidad lunar
Chía era la deidad patrona del zipa. Descrita como la „tres veces sabia, grande y poderosa“, Chía era
una deidad de „extrema belleza“, la reina de la „brujería y la liberación sexual“ que fomentaba „la
alegría, los juegos, el placer y la embriaguez“ y gobernaba los aspectos „fluidos“ de la realidad, entre
ellos: el agua, las mareas, la feminidad, la fertilidad, las artes, la danza y la música.
Chía es adorada de acuerdo con las tres fases de la luna: en la luna creciente era la joven deidad
rebelde Huitaca, mientras que en la luna llena era adorada como la diosa de la fertilidad, y en las
lunas menguantes era la vieja y sabia diosa madre.
Bochica
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Bochica te da la bienvenida!
Bochica, el enviado de Chiminigagua
Bochica era una deidad protectora que salvó a los muiscas de una desastrosa inundación infligida por
el iracundo dios Chibchacum. Desde un arco iris, Bochica lanzó un báculo de oro que dispersó las
amenazantes nubes de tormenta y destrozó la montaña de abajo, permitiendo que las aguas de la
inundación escaparan hacia el Salto del Tequendama.